Con ocasión de un viaje de trabajo a Helsinki, Finlandia, decidí echar la cámara Canon 60Da y el trípode a la maleta. No tenía muchas esperanzas de poder usarla porque no iba a tener tiempo de salir del hotel, y tampoco tenía nada planificado para fotografiar. Sí que había un aspecto que parecía interesante, y es que el hotel estaba próximo a un lago, lo que en Finlandia tampoco es raro ya que el país tiene casi 190.000 lagos y prácticamente cualquier emplazamiento fuera de las ciudades (el hotel estaba a unos 30 kms de distancia de Helsinki) tiene un lago cercano.
Al llegar al hotel, empezó la conjunción de aspectos favorables: el cielo estaba despejado y el lago llamado Tuusula estaba pegado al hotel, por lo que no había que desplazarse para fotografiar las estrellas sobre el lago. Cuando anocheció no lo dudé, con la cámara y un trípode salí al jardín del hotel y me dispuse a buscar un lugar adecuado.
La fotografía superior muestra el aspecto de las vistas desde el hotel al lago, un entorno increíble y que proporcionaba un buen aislamiento de la contaminación lumínica de la zona, si no fuese por una inoportuna escultura iluminada en medio del lago. Ingenuamente pregunté en la recepción del hotel si podían apagar la escultura pero me miraron con cara de extrañeza y no insistí.
Al mirar al cielo comprobé que la orientación era norte y me dispuse a fotografiar la osa mayor y la polar, para tener un recuerdo que sólo en esas latitudes es posible conseguir: la estrella polar muy alta en el cielo, en concreto a 60º, frente a los 36º de las fotografías que suelo tomar en Cádiz. En la siguiente foto, la Polar en la parte superior y en el centro:
La sorpresa fueron esas luces de tonos verdosos que iban cambiando poco a poco y que son auroras boreales muy poco habituales en una zona tan al sur de Finlandia.
Otras fotos de las auroras:
Desde luego no son las mejores fotos de auroras, pero sí son un regalo totalmente inesperado en una zona tan al sur de Finlandia, hasta el punto que el día siguiente salió en las noticias locales que de forma extraordinaria se habían podido observar auroras en las proximidades de Helsinki.
A veces los astros se conjuran a nuestro favor, pero si no tenemos la cámara a mano, nos perderemos poderlos fotografiar.